Según publicó el diario El País pocos días después de que se iniciara el confinamiento, el precio de la marihuana y el hachís había experimentado una subida de hasta el triple de su precio habitual como consecuencia de la creciente dificultad para traficar. “Tiene sentido que suban los precios de las sustancias estupefacientes. La presión policial es alta y ya no es normal que ciertas personas paseen por la calle o que ciertos vehículos se muevan por la noche. La prioridad es garantizar lo establecido en el real decreto, así que se está presionando bastante en los movimientos y levantando muchas actas”, explicó un policía a El País. Las primeras dos semanas de confinamiento, cuando aún se permitía el funcionamiento de muchos puestos de trabajo, alguna asociación cannábica cuyo local había tenido que cerrar, aún podía hacer algunos repartos a domicilio de forma más o menos discreta. A partir del inicio de tercera semana, con el cierre de toda actividad económica no relacionada con las necesidades básicas dictadas por el Gobierno, el tráfico se complicó todavía más y en consecuencia subieron los precios.