Seis años después de que la Guardia Civil descubriera 127 kilos de cocaína en uno de los barcos más famosos de la Armada Española, el buque escuela Juan Sebastián Elcano, la jueza togada militar responsable del caso, ha propuesto archivar la causa por no haber encontrado indicios que indiquen la participación de las personas investigadas, ni de ninguna otra en el barco, en el embarque y transporte de la droga.
Según ha publicado el diario Naiz, la jueza ya propuso archivar el caso en 2018, pero el Tribunal Militar no lo aceptó, y obligó a seguir realizando las diligencias que la Fiscalía había solicitado para tratar de esclarecer de quién eran las manos que habían subido a bordo y guardado la cocaína en el buque. En sus viajes ni el barco ni sus tripulantes pasaban controles aduaneros, lo que facilitó el transporte de droga internacional.
El caso se inició gracias al aviso de la DEA estadounidense. Los agentes antidrogas de Estados Unidos llegaron hasta el buque español cuando investigaban dos entregas en Nueva York, una de de 20 kilos de cocaína, y otra de cuatro kilos de cocaína y otros cuatro de heroína. Según los agentes de la DEA y la fiscal especial Antidroga de Nueva York, la droga había sido recogida en Cartagena de Indias por el buque de la Armada Española, y luego una parte de esta había sido entregada en Nueva York, y el resto viajó a Cádiz, donde fue descubierta.
La entrega de droga en Nueva York y los 127 kilos de cocaína transportados hasta España se separaron en dos causas diferenciadas. Aunque la primera sí que terminó con dos condenados, la segunda causa (la de los 127 kilos de cocaína) parece que acabará cerrándose sin ningún responsable. Según publicó el Diario de Pontevedra la juez consideró que el hecho de que haya dos condenados por cargar cocaína a bordo y luego venderla en Nueva York no es suficiente para imputarles, sin otros indicios, el embarque de los 217 kilos de cocaína.
La investigación que dio lugar a las primeras detenciones en Nueva York fue facilitada por las autoridades colombianas, quienes aportaron a la fiscalía estadounidense un gran número de grabaciones que habían realizado a los sospechosos. A través de estas escuchas las autoridades estadounidenses descubrieron que el buque pretendía colar entre 300 y 400 kilos de droga durante sus travesías del año 2015, y que también habrían podido producirse desembarcos de droga en en las Islas Británicas, Holanda o Bélgica.