La Policía Nacional ha detenido a cinco personas acusadas de un delito contra la salud pública por mantener dos cultivos de cannabis, uno de los cuales estaba oculto en un sótano bajo tierra y cubierto en la superficie con pistas de tenis. La investigación policial condujo a los agentes a una finca de Morón de la Frontera (Sevilla), en la que aparentemente no había rastro de ninguna posible plantación ilegal. Pero al registrar el terreno los agentes descubrieron que una pequeña caseta situada junto a las pistas daba entrada a un sótano de 200 metros cuadrados.
Al parecer los cultivadores ya habían acabado de hacer las labores de cosechado y la policía no encontró plantas vivas, sino cogollos manicurados. La intervención se ha saldado con un decomiso de 250 kilos de marihuana, buena parte de esta congelada en arcones refrigeradores. Los agentes también incautaron una máquina para envasar al vacío, una prensadora, un camión para transportar la droga, 15 aparatos de aire acondicionado, 20 ventiladores y 60 lámparas led.
La investigación sobre el cultivo subterráneo condujo a los agentes a una segunda finca situada en el municipio de Marchena, en la que la policía encontró un cultivo de marihuana separado por salas según el estado de crecimiento. En esta segunda finca la policía incautó 20 kilos más de marihuana, un arma de fuego de simulación, luces de emergencia policiales y un vehículo de alta gama.