La política respecto al cannabis a lo largo de los últimos veinticinco años nos tiene acostumbrados a la hipocresía en sus actos. Cuando los políticos están en la oposición dicen una cosa: que si hay que legalizar y/o regular, que si hay que derogar leyes represivas como la de seguridad ciudadana... y cuando llegan al poder acostumbran a olvidarse o decir lo contrario.

Recordemos que la nueva ministra de Sanidad del Gobierno de Pedro Sánchez, Carmen Montón, era consejera de Sanidad de la Generalitat Valenciana cuando el pleno de Las Cortes Valencianas aprobó, con los votos a favor de PSPV, Compromís, Podemos, y Ciudadanos una iniciativa en la que, entre otras cuestiones, se instaba al gobierno central a regular y facilitar el acceso a los tratamientos terapéuticos con cannabis, así como hacer los cambios legales oportunos para regular el autocultivo para uso personal, dándole un estatus legal protegido, realizando con urgencia las modificaciones legislativas oportunas para ello, entre otras la de que deje de ser sancionable. De este modo, se tendrían que modificar la ley de estupefacientes y la del medicamento. Ahora que Carmen Montón está en el Gobierno y podría hacerlo, ¿lo hará?

De hecho, lo que primero podría hacer es acelerar la puesta en marcha de la Subcomisión para el estudio de tratamientos terapéuticos con cannabis y derivados, con el fin de poder ela- borar un informe sobre el uso terapéutico del cannabis, teniendo en cuenta las experiencias nacionales y las convenciones y experiencias internacionales, basándose en las evidencias científicas y dando garantías en materia de salud a los pacientes.

Holanda, Uruguay, Canadá, Argentina, Colombia, Portugal, Puerto Rico, incluso Corea del Norte, son algunos de los países en los que el uso de la marihuana con fines terapéuticos es totalmente legal. Hasta en Francia, país que tiene las leyes antidroga más restrictivas de la Unión Europea, el cannabis para uso terapéutico es legal desde 2013 y, aunque su programa hasta ahora ha sido un desastre, la ministra de Salud ha comentado que sopesará que esta ley de 2013 sea ya una realidad con la viabilidad de la venta de cannabis medicinal.

Mientras Canadá ha ido más allá y está a punto de convertirse en el primer país del G20 que legalice la posesión, el consumo y la comercialización del cannabis con fines recreativos. Con el nuevo marco legal se permitirá a finales de agosto la compra de cantidades limitadas de cannabis y productos derivados a mayores de edad y se autorizará el cultivo de hasta un máximo de cuatro plantas por persona.

El pasado mayo, la JIFE realizó su primera audiencia con la sociedad civil sobre el cannabis, un desarrollo bienvenido para mejorar la participación de la sociedad civil en el trabajo de la Junta, y para discutir ideas pragmáticas para solucionar el impasse de la regulación del cannabis. El cannabis será revisado científicamente por primera vez en 83 años por la OMS este mes. Todo da a entender que el cannabis medicinal será una realidad en el mundo y que ya no hay marcha atrás.

¿Aprovechará el nuevo gobierno la oportunidad histórica para regular por fin el cannabis o seguiremos padeciendo la inacción de políticos hipócritas?