Agentes de la policía municipal y funcionarios de la Agencia Tributaria intervinieron la pasada semana 40 establecimientos comerciales de la Comunidad de Madrid que tenían instaladas máquinas expendedoras de productos de CBD. Como resultado de la intervención, varias decenas de máquinas expendedoras han sido precintadas y una persona ha sido detenida, presumiblemente bajo acusación de un delito contra la salud pública.
Según la información publicada por el diario El Mundo, la operación fue iniciada por el Servicio de Vigilancia Aduanera bajo la sospecha de que los productos de cannabis que expedían las máquinas podían tener una concentración de THC superior al límite legal del 0,2%. “Anoche vino la policía con papeles y la precintaron. Afortunadamente, a mí no me han hecho nada pero, según me dijeron, está prohibido tanto venderlo como llevarlo encima, porque los productos podrían tener marihuana de verdad”, explicó al diario el dueño de una tienda en la que había una de las máquinas intervenidas.
Desde el Servicio de Vigilancia Aduanera aseguran que la operación sigue abierta y no se descartan nuevas intervenciones. Varias operaciones policiales anteriores han tenido como objetivo empresas y establecimientos dedicados a la producción y venta de productos de CBD. Aunque algunas operaciones se han iniciado por la sospecha de que la concentración de THC podía sobrepasar el límite legal, en muchos otros casos las operaciones se han basado en el argumento de que cualquier cogollo del cannabis es ilegal independientemente de su porcentaje de THC. Esta interpretación legal, defendida por la Fiscalía, ha sido muy cuestionada y está siendo batallada en varios juicios.
