5 maneras en las que tu yerba puede estar contaminada
Una de las razones por las que es mejor vivir en un país legal es que la weed que compres debe haber pasado un control de calidad y evitar que esté contaminada.
Una de las razones por las que es mejor vivir en un país legal es que la weed que compres debe haber pasado un control de calidad y evitar que esté contaminada.
La marihuana puede contaminarse en cualquiera de sus procesos de producción: mientras crece, se cosecha, se transporta o se procesa. Por lo general, esto casi nunca deriva en un problema grave para el consumidor pero es bueno saber qué tiene el cannabis que uno adquiere. Veamos cinco maneras en las que la yerba puede estar contaminada.
Bacterias
Es habitual encontrar bacterias en la planta. No tanto, sin embargo, que estas puedan ser consideradas peligrosas para la salud del que la consume. En alguna ocasión se ha detectado E. Coli (que no es un nuevo dispositivo de Apple), salmonella o la bacteria de la pulmonía y la meningitis.
Hongos
Al igual que con las bacterias se han encontrado hongos microscópicos en la yerba que pueden afectar al sistema inmunodepresor del ser humano. Si ves que tu planta tiene un inusual polvo blanco sobre los cogollos podría ser que tiene hongos. En ese caso no es conveniente que lo consumas.
Pesticidas
Es de los más habituales. Cuando un cannacultor teme perder la cosecha le pega fuerte a los pesticidas. Algunos de estos pesticidas no se van de la planta ni siquiera tras haber sido curada. Inhalar pesticida suele ser dañino para el ser humano.
Residuos en los concentrados
Cuando uno extrae aceite o produce un concentrado debe usar algún tipo de dispositivo mecánico. Si no se es cuidadoso las máquinas pueden dejar algún residuo, ya sea del propio artefacto o de los solventes que pueden usarse en el proceso.
Contaminación directa
Alguien puede contaminar la yerba antes de venderla. No es lo habitual porque pocos dealers se arriesgan a manchar su producto pero puede que algún desaprensivo utilice productos contaminantes para embellecer la apariencia del cannabis. También podrían “cortarla” con alguna otra droga. En ambos casos estamos en una zona que raya la paranoia y la leyenda urbana: pese a que lo ideal sería que pasara por todos los procesos legales tampoco es una práctica habitual que los vendedores alteren la marihuana con productos dañinos. Aún así, trata de que la mandanga sea de confianza siempre que se pueda.
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