El Gobierno de Argentina aprobó este jueves un decreto que regula el cannabis medicinal, permitiendo el autocultivo de plantas y la venta de aceite de cannabis en farmacias para varias patologías. El límite de plantas permitidas para los pacientes y las organizaciones registradas no ha sido especificado y será definido próximamente por el Ministerio de Salud.
Con la nueva ley los pacientes podrán cultivar cannabis para su uso medicinal, y para ello deberán inscribirse en el programa nacional de cannabis REPROCANN. Los usuarios medicinales podrán obtener la autorización de cultivo para sí mismos o bien para un familiar, una tercera persona o una organización civil autorizada, quienes podrán cultivar el cannabis medicinal en su nombre para luego facilitárselo.
La inscripción en el programa nacional de cannabis podrá realizarla quien cuente con una indicación médica y haya suscrito el consentimiento informado correspondiente. La ley especifica su uso “como tratamiento medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor". Por ahora no queda claro si las autorizaciones estarán limitadas por ley a determinadas patologías, aunque más bien parece que el acceso legal al uso de cannabis se hará por indicación exclusiva de los médicos.
Además de permitir el autocultivo la ley abre la puerta a la venta de aceite de cannabis en farmacias. Según el decreto el Gobierno “fomentará y priorizará la producción regional y aquella realizada a través de los laboratorios públicos”. También se facilitará la investigación y los estudios con la planta para fines medicinales.
La primera ley de cannabis medicinal fue aprobada en marzo de 2017 por el anterior presidente, Mauricio Macri. A pesar de permitir por primera vez el uso de cannabis medicinal, la ley fue muy criticada por restringir el uso únicamente a aceites en el tratamiento de epilepsias refractarias. El actual presidente, Alberto Fernández, había prometido cambiar la ley anterior sobre cannabis, y ahora ha cumplido su promesa.
El decreto reconoce que la anterior ley impidió el “acceso oportuno del Cannabis por parte de la población”, y recoge la realidad social del país y la respuesta civil organizada a raíz de las limitaciones de la ley anterior, afirmando que “un núcleo significativo de usuarias y usuarios han decidido satisfacer su propia demanda de aceite de Cannabis a través de las prácticas de autocultivo, se fueron organizando redes y crearon organizaciones civiles que actualmente gozan no solo de reconocimiento jurídico sino también de legitimación social.”