Una banda de ositos de gominola la lía en una casa, tiran al suelo la urna con las cenizas del perro, hacen el experimento de los mentos con coca-cola sobre un ordenador portátil, meten un juguete en la sandwichera encendida, un vestido en la trituradora de papel… Son las escenas que componen un spot canadiense de la organización Drug Free Kids, dedicada a la protección de la infancia frente a los efectos de las drogas, para alertar del riesgo de las chucherías con THC.
Pese a estar protagonizado por gominolas, el anuncio está destinado a un público adulto y pretende concienciar de los riesgos que presentan los comestibles de marihuana en general, especialmente aquellos con formas que imitan los dulces que consumen los niños. “Los comestibles de cannabis no son tan inocentes como aparentan. El colocón es impredecible y se retrasa”, dice la advertencia al final del spot.
La legalización de los comestibles con THC en Canadá y en estados de EE UU ha hecho aumentar los ingresos hospitalarios de niños por la ingesta de comestibles de los que desconocían el contenido psicoactivo. La ausencia de una regulación que prohíba aquellos productos con formas similares a los dulces infantiles permite la venta de productos con THC prácticamente idénticos a los que se pueden comprar en una tienda de chuches infantil. El aumento de los ingresos hospitalarios ha hecho crecer la preocupación por la falta de restricciones en la forma de los comestibles cannábicos y numerosas voces están pidiendo que se legisle para prohibirlos.