Un equipo investigador de la Universidad de California en Davis ha desarrollado un sensor de luz fluorescente para determinar la probabilidad de que una molécula provoque efectos alucinógenos en el cerebro humano. Con esta tecnología los investigadores han producido una molécula con una estructura similar a la de los psicodélicos que no produce alucinaciones y que provocó efectos antidepresivos en pruebas con ratones.
Las drogas psicodélicas actúan sobre los receptores de la serotonina, pero no todas producen los mismos efectos de alucinaciones. El sensor desarrollado por los científicos mide la afinidad de una molécula para unirse a un receptor serotoninérgico en concreto, el 5-HT2A, en el que actúan los psicodélicos alucinógenos como la LSD, el DMT o la psilocibina. Al enfocar una molécula con la tecnología desarrollada esta se ilumina en función de si puede encajar más o menor en el receptor 5-HT2A, y de este modo predecir su potencial alucinógeno.
Son varios los centros de investigación que están tratando de desarrollar moléculas de estructura similar a los psicodélicos, que tengan potencial para tratar enfermedades mentales como la depresión o el Trastorno de Estrés Postraumático, pero sin efectos alucinógenos. A este respecto hay un debate sobre si la eliminación de los efectos psicodélicos que producen el “viaje” mental pueden limitar el efecto terapeútico de las sustancias. Algunos científicos temen que este camino acabe por hacer de las sustancias psicodélicas otro fármaco más que se pueda prescribir sin apoyo psicológico y sin permitir que se produzca una revisión profunda del problema mental del paciente.