El uno de enero de 2019 se celebró el quinto aniversario de la regulación de la marihuana recreativa en Colorado. Es especialmente significativo porque se trató del primer estado de los EE UU en regular.
El primer comprador fue un veterano de la Marina, activista procannabis, llamado Sean Azzariti. Rodeado por medios locales, nacionales e internacionales, Azzariti compró aproximadamente 50 euros de marihuana y trufas de chocolate infundido en un dispensario de Denver. “Todavía tengo toda la primera compra”, contó Azzariti a la prensa del lugar, y confesó el uso que quiso darle a su adquisición: “Se lo ofrecí a algunos museos de la zona poco después, y rápidamente me rechazaron, citando la prohibición federal. Espero que en los próximos años eso cambie y pueda dárselo a un museo para exhibir”.
Cinco años después, la regulación funciona. Con ingresos por ventas e impuestos superiores a los esperados, el estado de las Rocosas ha allanado el camino para la legalización en muchos otros estados. Además, la regulación ha producido una caída del 50% en el precio de la hierba.
Tim Cullen, CEO de Colorado Harvest Company, una cultivadora con su propia cadena de dispensarios, habla sobre la bajada de los precios: “En el mercado negro, el precio era de 100 dólares por siete gramos y no sabías bien lo que comprabas”, dijo. “Hoy, siete gramos de cannabis de la mejor calidad valen 50 dólares o menos. Eso es el gran beneficio, junto con una mayor selección de oferta para los clientes”.