Desde septiembre de 2018 la policía de Nueva York tiene orden de no arrestar a las personas que fumen cannabis en la calle.
Esto no significa que se legalice el cannabis, solo que la policía ya no se va a hacer cargo de lo que antes eran pequeños delitos o faltas de conducta. Los que sean parados consumiendo marihuana deberán afrontar una multa. Eso sí, las personas que violen la condicional o que se les pueda cargar con otro delito se las seguirá deteniendo.
Se espera que con esta nueva ley se evitarán hasta 10.000 arrestos por año, lo que supone un tremendo alivio para el sistema de justicia de Nueva York. De hecho, las detenciones se han visto reducidas por año desde las 53.000 de 2010 hasta las 19.000 de 2017.
Se espera también que esta nueva ley acabe con la desigualdad que los arrestos estaban produciendo entre la población. Si eres negro las posibilidades de que te encierren son mucho mayores que en caso de los blancos. La ley quiere que esto acabe.
El juez del distrito de Brooklyn, a favor de esta ley, dijo que: “No estamos moviendo a hacia una nueva realidad en la cual la marihuana no será un instrumento que sirva para que uno entre en nuestro sistema de justicia, con todas las consecuencias colaterales que provoca”.