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El secreto de la bebida psicodélica de la Grecia Antigua podría encontrarse en Cataluña

La investigación sobre la bebida ‘kykeon’ no sólo tiene que ver con los misterios eleusinos, sino también con su posible relación con los orígenes del cristianismo.

Los misterios Eleusinos fueron unos rituales anuales que durante varios siglos se celebraron en la Grecia Antigua en honor a las diosas Démeter y Perséfone. En ellos podía participar cualquier persona, incluidos los esclavos, que estaban excluidos de otros eventos y celebraciones, y por allí pasaron numerosas personalidades cuyos nombres han sobrevivido al paso de los siglos: Platón, Aristóteles, Sófocles, Cicerón, Marco Aurelio… Un requisito papa participar en ellos era no revelar lo que allí se vivía. Se conoce parte del funcionamiento de los rituales, excepto lo que acontecía durante la parte más importante de los mismos, una ceremonia en la que los asistentes ingerían una bebida de contenido desconocido capaz de producir visiones: el kykeon.

A finales de los 70, un grupo de tres investigadores, entre los que se incluía el descubridor del LSD, Albert Hofmann, publicó un libro en el que propusieron que el ingrediente de la bebida kykeon responsable de las alucinaciones era el cornezuelo del centeno, un hongo que parasita las plantas del cereal del centeno. Sin embargo, hasta ahora no se han encontrado pruebas que confirmen esta hipótesis.

Kykeon

De forma inesperada, la investigación para determinar el contenido del kykeon podría producirse a partir de un yacimiento arqueológico situado en Mas Castellar de Pontós, Girona. Allí, en los años 90, la arqueóloga catalana Enriqueta Pons halló rastros de estatuas de Démeter y Perséfone y, además, encontró un cáliz muy pequeño en el que, gracias a un estudio posterior, se hallaron restos de cornezuelo de centeno. Y también se encontraron restos de cornezuelo de centeno en una mandíbula humana.

La investigación sobre estos hallazgos, que había quedado en un punto muerto desde hacía varios años, se acaba de reactivar gracias al interés de un investigador y escritor estadounidense llamado Brian Muraresku. Este se puso en contacto con la arqueóloga catalana en 2018 a raíz del libro que estaba escribiendo y quedó fascinado con los hallazgos que ella y el antropólogo responsable del análisis, Jordi Tresserras, habían reunido. El interés del estadounidense sobre los hallazgos del kykeon no sólo tienen que ver con la naturaleza de los misterios eleusinos, sino también con su posible relación con los orígenes del cristianismo y la posibilidad de que el sacramento cristiano contuviese originalmente una sustancia alucinógena.

Según el Diari de Girona, son los arqueólogos de la empresa Món Iber ROCS quienes están manos a la obra de nuevo con el yacimiento, gracias a la financiación de la Generalitat y la colaboración con la Universidad de Yale, cuyo Departamento de Arqueología será el encargado de realizar y costear los análisis de aquello que se encuentre.

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