En este cannabis para principiantes vamos a ver unos cuantos elementos del entorno que pueden degradan la calidad del THC (u otros cannabinoides). Por fortuna algunos de estos elementos que afectan al cannabis curado son fáciles de tratar y si se pilla a tiempo tienen un carácter pasajero. 

La frescura del cannabis se limita a cuando se recoge 

En el momento en el que se cosecha la planta su frescura comienza a perderse. Tiene sentido porque, entre otras cosas, deja de recibir los nutrientes de la raíz. Pero no solo eso: las conexiones biosintéticas también fueron interrumpidas. Los cannabinoides y los terpenos comienzan a sintetizar en otra cosa diferente que alteran sus condiciones psicoactivas. 

Para evitarlo la cosecha debe ser un buen momento para poder tener controlado la temperatura, la humedad o el nivel de rayos ultravioleta (UV). 

La temperatura afecta a la degradación 

Lo ideal es que la marihuana se almacene a 21 grados Celsius. Si la temperatura es mayor se corre el riesgo de degradación del tipo bacteriano y la aparición de moho. Si por el contrario, conservamos el cannabis en lugares muy fríos (como la nevera) también podemos producir humedad que cercene los tricomas.

La humedad en la degradación 

La humedad relativa del ambiente es otro de los elementos a tener en cuenta. El punto óptimo de humedad debería situarse entre el 59-63% para evitar la degradación por exceso o por falta de humedad. 

Mucha humedad nos lleva a que el sabor del producto sea malo (tirando a amoniacado) y la falta de humedad seca el follaje y consigue que la planta sea frágil. 

UV y Oxígeno en la degradación

Una exposición elevada a los rayos UV y al oxígeno también provocan que la marihuana se degrade a una velocidad alarmante. Para evitar el daño delos rayos UV lo mejor es guardar la maría en un lugar donde esté poco expuesta a la luz. 

En cuanto al oxígeno, os dejamos un enlace donde comentábamos el daño que elementos como tratar de que no se te seque tú planta controlando el nivel de pH, oxígeno y nutrientes.