La TGA plantea que el uso y la variedad de productos no aprobados han crecido con rapidez en los últimos años y que, en consecuencia, han aumentado las señales de preocupación clínica. Según el documento de consulta, más del 99% de los productos de cannabis medicinal que se prescriben en el país no han pasado por una evaluación previa de calidad, seguridad y eficacia.
El alcance de la consulta se centra, principalmente, en si los actuales mecanismos de acceso a productos no aprobados ofrecen una supervisión adecuada y qué riesgos de seguridad implican ciertos productos, especialmente los que contienen concentraciones altas de THC.
La TGA también advierte sobre riesgos vinculados a ciertas formas farmacéuticas y vías de administración (por ejemplo, vaporización), la necesidad de mejorar el etiquetado y la información clínica y la consideración de poblaciones vulnerables como jóvenes y mujeres embarazadas.
El debate ha sido bien recibido por actores sanitarios. La Pharmaceutical Society of Australia expresó su apoyo a la revisión e instó a reformas más amplias, mientras que organizaciones médicas y publicaciones profesionales han puesto el acento en si el esquema actual ofrece una supervisión suficiente ante un mercado en expansión y modelos de atención directa al consumidor.
En paralelo, medios especializados del sector han destacado que la consulta podría desembocar en reformas que clarifiquen el papel de la evidencia clínica y refuercen el control de calidad sin cerrar el acceso terapéutico del cannabis.