Un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychiatry ha comparado los efectos psicológicos del primer momento del confinamiento producido por la pandemia sobre un grupo de personas consumidoras y no consumidoras de psicodélicos. Este estudio, que es primero de una serie de tres, concluye que las personas que dijeron ser usuarias de drogas psicodélicas mostraron mejores signos de salud general y menores indicadores de estrés que las no usuarias de psicodélicos durante las primeras semanas del confinamiento.
En el estudio participaron 2974 personas de habla inglesa, portuguesa y española (497 consumidores habituales de drogas psicodélicas, 606 consumidores ocasionales y 1968 no consumidores). Los participantes contestaron una encuesta online en la que se recogían datos sobre los factores sociodemográficos, las actividades y el estilo de vida llevado durante el encierro, así como factores sanitarios y de salud mental. La encuesta también preguntaba sobre el uso de drogas psicodélicas y clasificaba a los participantes en “consumidores”, “consumidores habituales” (si consumían más de una vez cada seis meses) y “no consumidores”.
“Los consumidores de drogas psicodélicas, especialmente los habituales, informaron de menos malestar psicológico, menos estrés peritraumático y más apoyo social. En cuanto a las medidas de personalidad, los consumidores de drogas psicodélicas puntuaron más alto en las escalas de búsqueda de novedades y autotrascendencia, y más bajo en cooperatividad”, dice la nota de prensa del estudio publicada por la Fundación ICEERS, una de las instituciones responsables del estudio.
Los investigadores plantean dos formas de interpretar los resultados. Una de ellas es que el uso de psicodélicos podría constituir un factor de protección frente a situaciones de estrés psicológico. La otra interpretación es que las personas con ciertas características menos sensibles a las situaciones de estrés podrían ser más propensas a consumir drogas psicodélicas. Los autores esperan que futuras investigaciones investiguen más en profundidad esta relación para desarrollar hipótesis consistentes.
Este es el primero de tres estudios, cuya segunda y tercera parte están todavía por llegar. En uno de ellos se analizará la información referente al mismo grupo de participantes pero a partir de las encuestas de seguimiento realizadas dos y seis meses después, mientras que el último estará centrado en las estrategias de afrontamiento aplicadas para la situación de confinamiento.