“Los traficantes más inteligentes prefieren desde hace mucho tiempo Europa”, apuntan los autores del informe The cocaine pipeline to Europe [La cañería de cocaína a Europa], que ha recogido los cambios en el tráfico internacional de cocaína producida en países de América del Sur como Colombia, Bolivia y Perú. “La cocaína que llega a Europa ha aumentado a lo largo de los años, hasta el punto en que ahora comienza a competir con la que ingresa a Estados Unidos”, dice el informe, que ha sido elaborado conjuntamente por las organizaciones InSight Crime e Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional.
Las razones de este aumento del tráfico hacia Europa son el mayor del valor de la cocaína en Europa, el potencial de crecimiento del mercado en el continente y las menores medidas de control para las mercancías. “Muchos de los actores criminales más sofisticados no están interesados en el mercado estadounidense porque las autoridades estadounidenses gastan miles de millones de dólares al año en incautaciones y en luchar contra el narcotráfico. Y estos gastos tan enormes han hecho que entrar drogas a EE UU sea mucho más difícil”, dijo Jeremy McDermott, director ejecutivo de InSight Crime, durante la presentación del informe.
Un kilo de cocaína al por mayor cuesta 28.000 dólares en EEUU, pero en Europa ese mismo kilo cuesta unos 40.000 dólares, conlleva mucho menos riesgos, y puede alcanzar los 80.000 dólares en algunos países. “Para un negociante sofisticado no tiene ningún sentido tomar más riesgo para obtener menos ganancias”, explicó Jeremy McDermott. La principal vía por la que la cocaína cruza el atlántico hasta Europa son los buques de contenedores marítimos. En Europa hay muchos puertos que pueden recibir estos buques contenedores, y si una ruta empieza a dar problemas —“si los traficantes empiezan a perder 20-25% de su cargamento”— simplemente cambian de ruta.
Según el informe las innovaciones de los traficantes son constantes: primero escondían la droga en cargamentos de fruta pero más tarde empezaron a utilizar los contenedores mismos, especialmente los contenedores refrigeradores que ofrecen muchos lugares de escondite. Un método más reciente es utilizar contenedores que ya han sido inspeccionados y sellados por las aduanas con piezas precinto: los traficantes rompen el precinto, colocan la droga y sustituyen el precinto por una réplica. Luego, en el destino, recogen la droga y ponen una nueva réplica del precinto de aduanas. El informe también menciona la utilización de submarinos o semisumergibles para transportar la droga, un método descubierto por primera vez en Europa en 2019, cuando se apresó un submarino en las costas gallegas.