Las "sales de baño" que conocemos como cannabinoides sintéticos (la mal llamada marihuana sintética) llevan dos casos en poco tiempo de los que gustan en los medios de comunicación

Por una parte, el hombre que estrelló su coche y que creó un caos en el midtown de Nueva York la pasada semana había tomado “K2”. Todo hubiese tenido cierta gracia sino fuese porque el tipo se llevó por delante a una mujer y la mató. Por otra parte, esta semana un hombre de Birmingham (Reino Unido) usó un cuchillo de cocina para cortarse la nariz después de fumar “Black Mamba”. 

Aunque esta información parece fiable, hay que pillarla con cierto cuidado: la trae el Sun que nunca se ha caracterizado por tener un rigor absoluto en el tratamiento de las noticias. 

Según esta publicación el hombre estaba tratando de cortarse la nariz y ya había estado trabajándose otras partes de su anatomía con el cuchillo. La policía tardó aproximadamente 30 minutos en detener la hemorragia y bajarle a la calle para que se lo llevase una ambulancia. Un baño de sangre, dijo uno de los policías. 

Insistimos, aunque la credibilidad de la información suena a los bulos de la droga caníbal, sí que es cierto que los cannabinoides sintéticos no son trigo limpio para fumar y pueden producir brotes psicóticos. De ahí a cortarse partes del cuerpo… dejémoslo un tanto en suspenso.