La Autoridad para el Uso Responsable del Cannabis de Malta (ARUC) acaba de publicar nuevas normas para los clubs de cannabis que se están creando en el país. Las novedades introducidas permitirán que los clubs de cannabis más multitudinarios —con hasta 500 socios— puedan cultivar en grandes invernaderos situados en zonas rurales y tener más de un local de distribución para los socios, algo no contemplado en la regulación inicial.
Las nuevas medidas se alejan del modelo de clubs planteado inicialmente —basado en el cultivo a pequeña escala con pequeños circuitos de distribución—, asemejándose a un modelo de producción y distribución de cannabis propio de una empresa comercial. El diario Malta Today ha comparado la posibilidad de que un sólo club de cannabis tenga varios puntos de distribución con las “cadenas de tiendas”, una comparación que ha sido negada por la Autoridad del Cannabis.
“La Autoridad quisiera aclarar que sus lineamientos y reglamentos tienen como objetivo hacer cumplir la legislación: una asociación puede tener hasta 500 miembros siempre que ningún individuo pueda participar en más de una asociación. Esto significa que ninguna persona puede constituir más de una asociación. Las asociaciones deben realizar todo el proceso desde la semilla hasta la distribución solo para sus miembros. El término 'cadena de tiendas' implica el establecimiento de un modelo de comercialización que no refleja el verdadero espíritu de la ley que está implementando la Autoridad”, ha puntualizado ARUC en un comunicado que ha sido publicado después por Malta Today.
A pesar de que las nuevas medidas permiten que los grandes clubs puedan operar con grandes instalaciones y sistemas de distribución similares a las de una empresa, las asociaciones seguirán siendo sin ánimo de lucro. El actual director de la ARUC ha afirmado que una persona no podrá dirigir más de un club de cannabis en tanto que una persona no puede ser socia de más de un club y todos los cargos y responsables de un club deberán ser miembros del mismo.
Las nuevas normas han sido introducidas por la nueva dirección de la ARUC, a cargo del exdirectivo de la ong Cáritas Malta, Leonid McKay, que fue nombrado para el cargo después de que la anterior directora, Mariella Dimech, dimitiera en noviembre declarando que había tenido que trabajar sin personal y sin presupuesto, y “con una estrategia política y una estrategia de decisión con las que no estaba de acuerdo”. Tras el cambio de dirección, las preocupaciones sobre la posibilidad de que la regulación de los clubs se abriera a intereses privados no han parado de crecer.
Malta se convirtió a finales del 2021 en el primer país europeo en regular el acceso al cannabis lúdico para adultos. La ley estableció dos formas de acceso, ambas no comerciales: el autocultivo y los clubs de cannabis. De esta forma se pretendió hacer prevalecer las políticas dirigidas a reducir daños en el consumo, tratando de evitar que la entrada de intereses privados hiciera del uso adulto de cannabis una actividad de la que sacar provecho económico.