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La Cámara de Representantes de Marruecos aprueba el proyecto de cannabis medicinal

Solo falta el visto bueno del Senado para que la regulación sea definitivamente aprobada y el país pueda empezar a producir cannabis legal.

La Cámara de Representantes de Marruecos (la cámara baja del Parlamento) ha aprobado el proyecto para regular el cultivo, la producción y la comercialización de cannabis para usos medicinales e industriales. La propuesta de ley ha sido aprobada con 119 votos a favor y 48 en contra, según ha publicado la agencia Europa Press a partir de la información de la agencia estatal marroquí de noticias.

El proyecto, impulsado por el Ministerio del Interior, fue aprobado por el Gobierno el pasado marzo y desde entonces estaba pendiente su paso por las cámaras legislativas del país. Con la aprobación de la Cámara de Representantes, ahora el proyecto deberá pasar por la Cámara de Consejeros (equivalente al Senado) para su aprobación definitiva. La propuesta fue presentada en febrero con la intención de impulsar una industria del cannabis con fines industriales y medicinales, con plantas de bajo contenido en THC, que reactive la economía.

Según explicó el ministro del Interior, Abdeluafi Laftit, el proyecto ha sido diseñado para que los agricultores del cannabis legal se agrupen en cooperativas que serán las encargadas de vender el cannabis. En principio las cooperativas estarán obligadas a vender el cannabis cultivado a una agencia nacional, que será la encargada de supervisar los cultivos y de comprar todas las cosechas para su posterior elaboración por parte de empresas nacionales o extranjeras.

El proyecto de regulación ha provocado algunos conflictos políticos internos y manifestaciones de desconfianza entre el campesinado. El pasado marzo, cuando se anunció la aprobación por parte del Gobierno, el líder del Partido Justicia y Desarrollo y ex jefe de Gobierno del país, Abdelilah Benkirane, manifestó su rechazo a proyecto con una carta a los medios. Por otro lado, la propuesta despertó desconfianza entre una parte de los campesinos del país que tradicionalmente cultivan cannabis, y algunos se manifestaron en contra porque creen que la regulación de los cultivos podría provocar que sus pobres ingresos se vean aún más reducidos.

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