Ahora que parece que todo está atado para que la marihuana se regule en el estado de Nueva York, la Conferencia Católica de ese mismo estado se ha pronunciado en contra de manera poco menos que apocalíptica.
Los obispos de la Conferencia se manifestaron asegurando que la legalización sería desastrosa y acusaron al estado de “alentar conductas destructivas” para aumentar los ingresos fiscales. La legalización de la marihuana para uso recreativo sería similar a abrir una “Caja de Pandora que tendrá múltiples efectos perjudiciales para las personas, las familias y toda la sociedad”, afirmaron. “El vicio no es un motor de desarrollo económico apropiado para un estado que se enorgullece de ser un líder nacional progresista”, dijeron los curas. “Nuestro lema estatal es Excelsior (siempre ascendente), pero las políticas que explotan la adicción en cambio nos llevan en dirección descendente”.
Sin embargo, en un arranque de sentido común comprometido con la realidad social, la Conferencia Católica se expresó a propósito de uno de los temas más comentados en relación a la regulación: el evidente sesgo racial de los imputados por delitos relacionados con la marihuana. “Los estudios parecen mostrar disparidades raciales y étnicas en la aplicación de las leyes sobre posesión de marihuana, y tomamos este tema en serio”, dijeron los representantes estatales católicos en su declaración. “El estado puede y debe tomar las medidas adecuadas para garantizar que el color de la piel o el código postal no acarreen penas diferentes por el mismo delito”, dictaminaron los curas.