Las Hermanas del Valle son uno de los grupos del activismo cannábico más reconocido del mundo. Estas mujeres fundaron su organización en 2014 en California, EEUU, y aunque se visten como monjas, no son católicas. Pero están inspiradas en las Beguinas, un movimiento religioso y laico de la Edad Media que estaba formado por solteras que se dedicaban a la espiritualidad y caridad sin hacer votos. Hace una década que producen los derivados de la planta para usos terapéuticos y pregonan por la paz en la guerra contra las drogas. En los últimos meses se instalaron en México para disputarle el control de la industria a los cárteles del narcotráfico. Ahora, la última novedad es que las “guardianas” están buscando voluntarios para trabajar en su cultivo y formar nuevas personas que sigan difundiendo el mensaje de la Santa Planta.
El “Programa Guardianes del Valle” busca reunir a una comunidad internacional de voluntarios que estén comprometidos con la preservación de la naturaleza, la colaboración y la espiritualidad. A cambio de cuatro horas de trabajo en su cultivo ubicado en California, las hermanas tendrán alojamiento y alimentación. Entre las tareas principales, los participantes deberán cocinar, crear contenidos para redes sociales y ser parte de todos los eslabones de la producción de los derivados de la planta. Además, se dictarán cursos sobre medicina herbaria, gestión empresarial y vida comunitaria.
Las personas que deseen ser parte deberán completar un formulario. Los voluntarios pueden elegir un mínimo de dos días y un máximo de dos semanas en la comunidad de las Hermanas del Valle. Quienes completen el programa se convertirán en miembros de la Hermandad Global y podrán difundir la palabra de la creación más divina de Dios: la planta de cannabis.