En Estados Unidos cada vez hay más máquinas expendedoras de un fármaco para detener sobredosis de opiáceos. Se trata de la naloxona, un medicamento que bloquea los receptores opioides y que funciona para revertir una sobredosis de heroína o fentanilo que de otra forma podría resultar mortal. Las máquinas se están instalando en todo tipo de espacios, dispensando el fármaco de forma gratuita para que personas consumidoras y no consumidoras puedan llevarlo consigo siempre por si se encuentran a alguien sufriendo una sobredosis, una situación que se ha vuelto algo común en todo el país desde hace unos años.
El año pasado el país superó las 100.000 muertes por sobredosis por segundo año consecutivo. Ante la oleada de muertes, numerosas organizaciones de la sociedad civil llevan años reclamando el acceso libre a la naloxona, que hasta hace poco no siempre era fácil de conseguir. El pasado septiembre, la Administración de Fármacos y Alimentos aplicó una medida temporal para facilitar el acceso al fármaco haciendo que las empresas proveedoras de naloxona quedaran exentas de las restricciones de venta al por mayor cuando se tratase de adquisiciones por parte de organizaciones dedicadas a la reducción de daños.
En un reportaje del diario The Guardian se recoge el testimonio de un jefe de policía de una pequeña ciudad de Kentucky, quien después de ver a su hija al borde de la muerte por sufrir dos sobredosis y tras tener que atender otra durante una emergencia en un domicilio, convenció al alcalde para instalar una máquina expendedora de naloxona gratuita.
La máquina se vació en 24 horas. “Cubría toda la gama de personas. Tenía un abuelo de 75 años cuyo hijo es adicto y venía a visitarle ese fin de semana. Dijo que quería tener Narcan [nombre comercial de la naloxona] en casa en caso de que su nieto tuviera una sobredosis. Hubo algunos trabajadores de la construcción que se encontraron con personas con sobredosis, por lo que venían a buscarla”, dijo. “Le dije a la gente, tomen dos o tres cajas. Póngalo en su casa, guárdelo en su automóvil, guárdelo en su baño, guárdelo donde crea que pueda necesitarlo”, explicó al diario.
Las máquinas se están instalando en municipios y organizaciones de todo el país, en estaciones de bomberos, bibliotecas e incluso iglesias. La administración de naloxona es muy segura y se puede administrar varias veces seguidas sin riesgo. El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, afirmó a principios de enero que su estado permitirá que cualquier persona de tan solo 14 años pueda conseguir gratuitamente naloxona de las farmacias sin receta y sin tener que identificarse.