La mitad de los diarios que publicaron una noticia sobre la enorme toxicidad cerebral que provoca la MDMA no publicaron una noticia cuando se descubrió que los científicos del estudio se habían equivocado y habían utilizado metanfetamina en lugar de MDMA, y que por lo tanto los resultados eran completamente erróneos. Aquello ocurrió entre 2002 y 2003, y ahora un artículo científico ha comparado la enorme cobertura mediática que obtuvo aquel estudio erróneo sobre MDMA y la moderada cobertura que recibió un año más tarde la noticia de su retirada.
El estudio sobre la MDMA fue Neurotoxicidad dopaminérgica severa en primates después de un régimen de dosis recreativa común de MDMA, publicado en 2002. Aquel estudio dio MDMA a 10 primates no humanos para evaluar sus efectos en el cerebro. Los resultados mostraron que la sustancia provocaba una severa neurotoxicidad dopaminérgica que podía tener serias consecuencias a largo plazo, tales como el desarrollo de parkinson, y traducirse en elevados riesgos para los consumidores recreativos de MDMA. Además dos de los primates murieron días después de la administración.
El estudio fue ampliamente difundido en los medios. Avalada por la confianza de la revista Science, y por ser acorde al tono prohibicionista imperante en aquel momento la noticia dio la vuelta al mundo. La mayoría de las noticias advertía del efecto que una sola dosis de MDMA podría tener sobre el efecto de un consumidor recreativo de la droga. La Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, responsable de la publicación de la prestigiosa revista Science, emitió un comunicado de prensa sobre el estudio que terminaba con una advertencia de Alan Leshner, director ejecutivo de la asociación y ex director del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas: “Usar éxtasis es como jugar a la ruleta rusa con la función cerebral”.
Un año después de la publicación del artículo la revista Science emitió un comunicado de retractación sobre el estudio, en el que los autores dijeron haberse equivocado: debido a un error de etiquetado en lugar de la MDMA se había administrado metanfetamina a todos los primates de estudio menos a uno. Además la dosis de metanfetamina resultaba muy superior a la de un consumo recreativo. Sin embargo, los medios de comunicación no prestaron tanta atención a la retractación como la que habían prestado a los resultados iniciales, que habían resultado ser falsos. Los autores del artículo sobre el impacto mediático publicado el mes pasado recuerdan que ya entonces la revista Nature publicó un editorial en el que se observó que la publicación inicial del artículo había sido objeto de una cobertura muy superior por parte de los medios de comunicación estadounidenses que la retractación posterior.
Ahora los autores del artículo sobre la cobertura mediática del estudio y la retractación posterior han analizado los 50 periódicos de mayor tirada en EE UU que tenían acceso digital a su base de datos. “De los 50 periódicos evaluados, 26 (52%) informaron sobre la publicación inicial del estudio, y 20 (40%) informaron sobre su retractación. Seis de los 50 periódicos (12%) cubrieron la retractación del artículo sin publicar una historia sobre su publicación inicial.”, dicen los autores. Según los autores lo más preocupante es que “los 26 periódicos que publicaron una noticia sobre la publicación del artículo inicial, solo 14 (54%) publicaron una sobre su retracción.”
Según los autores el impacto mediático de los resultados erróneos podrían haber influido de diversas formas en la sociedad. Por ejemplo, en la aprobación de una ley prohibicionista de EE UU que en 2003 evitó proteger a los consumidores recreativos de MDMA. La información errónea del estudio traspasó las fronteras de EE UU: En España, donde la noticia tuvo gran repercusión, se cerró el que iba a ser el primer ensayo de psicoterapia asistida con MDMA para mujeres víctimas de violación que sufrían Síndrome de Estrés Postraumático. El estudio, que iba a ser el primero del mundo después de la prohibición de la MDMA, fue cerrado sin ningún informe técnico aunque el protocolo del estudio había sido aprobado por los comités de ética, contaba con todos los permisos necesarios y estaba listo para iniciarse.
También los esfuerzos para obtener la aprobación del primer estudio con psicoterapia asistida con MDMA en Estados Unidos se vieron entorpecidos y tardaron más años de lo previsto en aprobarse. Finalmente ese y otros estudios se han llevado a cabo con muy buenos resultados, y actualmente la MDMA es una de los fármacos para atajar algunas enfermedades mentales de difícil tratamiento. Ahora está previsto que en el periodo de uno o dos años, la MDMA sea aprobada en EE UU como un fármaco para el tratamiento del Síndrome de Estrés Postraumático.
“Lo que complica aún más la cobertura de la investigación científica por parte de los medios de comunicación es el hecho de que los hallazgos contradictorios son comunes en el proceso científico debido a las diferencias en el diseño del estudio y las mejoras en los métodos de investigación. Desafortunadamente, los medios de comunicación cubren preferentemente los hallazgos de la investigación inicial en un dominio científico particular, pero rara vez informan cuando han sido desmentidos por estudios posteriores”, dicen los autores del estudio comparativo sobre la cobertura mediática. “Esta inexactitud distorsiona el conocimiento científico del público, lo que lleva a muchos a cuestionar la credibilidad de la empresa científica si luego descubren que la verdad sobre un estudio científico difiere de lo que se informó.”
The Journal of #Psychoactive Drugs (@TAndFOnline) publishes peer-reviewed #research that analyzes the impact from media dissemination of erroneous #MDMA research findings in 2002 and the subsequent lack of reporting on the official retraction in 2003. https://t.co/HSZOxF8u14 pic.twitter.com/odo0hLI2Dr
— MAPS (@MAPS) January 4, 2021