La industria legal del cannabis se está aliando con los que parece que son sus “enemigos naturales” del mercado: las compañías de alcohol y tabaco.
Según Quartz Report, “en 2018, el capital de inversión de las compañías de cannabis llegó a un tope de 900 millones. En Marzo de 2019 todo parece indicar que este año esto se va a duplicar”. Si este reporte es correcto corrobora la idea generalizada de que el negocio del cannabis es un buenísimo negocio.
Entre las empresas que comenzaron la fusiones entre compañías en apariencia competidoras está el encuentro entre el gigante del cannabis Canopy Growth y Constellation Brands, conocidos sobre todo por fabricar la cerveza Corona. El encuentro entre ambas supuso un coste de 4.000 millones de dólares. Ambas compañías están ahora ideando de qué manera meter en el mercado bebida infundida con cannabis (o con sabor a cannabis).
Otra de las fusiones sonadas del año pasado fue la de Altria con Cronos. Esta última es una importante empresa canadiense del cannabis que se dedica a cultivar marihuana. Altria es la empresa que fabrica, entre otras cosas, el tabaco Marlboro. La fusión entre empresas le costó a Altria 1.400 millones de dólares. Ambas empresas están trabajando en parafernalia para el cannabis y en un proyecto de marihuana pre-enrollada.
Los siguientes inversores en la lista de empresas que quieren su parte del pastel del cannabis están las empresas farmacéuticas. Tanto tabaco, como alcohol como las farmacéuticas han hecho lobby en contra del cannabis hasta hace bien poco. Sin embargo, el mundo cambia y el dinero hace extraños compañeros de cama.