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Luxemburgo legaliza el uso y el cultivo de cannabis para adultos

El país se ha convertido en el segundo de la Unión Europea en aprobar una regulación del cannabis recreativo.

Luxemburgo aprobó el pasado miércoles una ley para regular el acceso al cannabis para personas mayores de edad. Los residentes adultos podrán consumir, poseer y cultivar pequeñas cantidades de cannabis sin temor a un proceso penal. El país se ha convertido en el segundo estado de la Unión Europea en aprobar una regulación, después de que Malta promulgara una regulación pionera a finales del 2020.

El proyecto de ley para la legalización fue impulsado por el Gobierno hace varios años, pero no había sido llevado a votación hasta ahora, cuando ha sido aprobado en la Cámara de Diputados con 38 votos a favor y 22 en contra. La ley, que entrará en vigor en julio, despenaliza la posesión de hasta tres gramos de cannabis en la vía pública, sustituyendo el proceso penal por una sanción administrativa. La ley también permitirá que las personas mayores de edad puedan cultivar hasta cuatro plantas de cannabis por domicilio, en interiores o exteriores, y siempre que no sean visibles desde la vía pública.

“No es una legalización, es una regulación: es muy diferente y no deben confundirse las dos. Está claro que la política represiva ya no tiene sentido y, por lo tanto, debemos volver a mirar el consumo de cannabis. Pero, por supuesto, este desarrollo debe ir acompañado de una prevención sistemática y estructurada”, ha declarado Elena Bienfait, directora del Centro Nacional para la Prevención de las Adicciones al medio Virgule.

La legalización del cannabis en Luxemburgo fue una promesa que el actual Gobierno hizo en la campaña electoral de 2018. Las intenciones del Gobierno eran legalizar también la producción comercial de cannabis y derivados y la venta en establecimientos especializados, pero las dudas sobre si una legalización comercial podría chocar contra las leyes de la Unión Europea llevaron al Gobierno a modificar el proyecto y separarlo en dos partes. Así, ha priorizado la despenalización y autocultivo, dejando para más adelante el acceso comercial, una estrategia que también quiere seguir Alemania.

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