Algunos médicos, farmacólogos e incluso el gobierno de Canadá piden que se mantengan las dos “corrientes” del cannabis, medicinal y recreativa, separadas.
Una de estas peticiones se publicó recientemente en el Canadian Medical Association Journal y viene firmada por la profesora Melanie Kelly y la estudiante de doctorado Elizabeth Cairns.
El problema que ven estos profesionales es que en una industria en la que el cannabis recreativo es la que manda, el producto medicinal puede acabar desapareciendo o convirtiéndose en otra cosa que no es lo que los pacientes buscan o necesitan.
“Con la marihuana para uso recreativo lo que uno busca es la intoxicación, algo que no es necesario para el negocio médico”, señala Cairns.
En este documento que firma Cairns y Kelly se señalan dos puntos por los que ambos programas deberían permanecer separados: por un lado ayuda a que desaparezca el estigma y, por otro lado, protege los productos destinados exclusivamente al mercado medicinal para que se mantengan con las propiedades actuales, es decir, satisfagan a los clientes de este producto cannábico.
No todo el mundo está a favor de esto. Por ejemplo, la Canadian Medical Association (CMA) considera que solo debería haber una corriente, la de la marihuana para uso adulto. Sin embargo lo consideran oportuno porque no debería etiquetarse de “medicinal” un tipo de marihuana de la que se desconoce si, en efecto, tiene propiedades curativas de algún tipo.
“Aceptamos que la gente diga que se han beneficiado del uso del cannabis, pero hay poca o ninguna investigación detrás de eso”, comenta Dr. Granger Avery, presidente de la CMA. “Mientras investigamos esto, no estamos a favor de apoyarla para uso médico”.