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Marruecos entra al mercado farmacéutico con su primer cannabis medicinal

El medicamento Beldiya Plus°, desarrollado por el laboratorio marroquí Cannaflex en alianza con la farmacéutica sudafricana DRA Pharmaceuticals, se convirtió en el primer preparado de cannabis producido en Marruecos que se prescribe y dispensa legalmente en Sudáfrica. El hito marca un giro en la historia del hachís marroquí, ahora como herramienta terapéutica.

La primera dispensación oficial del medicamento tuvo lugar en Johannesburgo, Sudáfrica, donde una persona recogió el preparado en la farmacia Greenways Dispensary tras una consulta realizada mediante la plataforma Cannabis Clinics. El producto cuenta con autorización sanitaria de la SAHPRA (la autoridad reguladora sudafricana), la Agencia Marroquí de Medicamentos y Productos Sanitarios (AMMPS) y la Agencia Nacional de Reglamentación de las Actividades sobre el Cannabis (ANRAC), lo que permite su integración plena en el circuito farmacéutico de ambos países.

Beldiya Plus° contiene dosis estandarizadas de THC y CBD y se elabora a partir de cultivos certificados bajo buenas prácticas agrícolas (GACP). La marca toma su nombre de una variedad landrace asociada tradicionalmente al hachís del Rif, ahora reivindicada como base de un medicamento con trazabilidad, composición estable y acompañamiento médico. 

Este avance representa una transición significativa ya que Marruecos había exportado cannabis para uso médico solo como materia prima. En 2025, empresas como Medropharm iniciaron envíos legales de hachís con THC para investigación y desarrollo en Suiza y Sudáfrica. Sin embargo, este es el primer producto terminado con nombre de marca, ficha técnica y acceso regulado que llega directamente a los pacientes.

El desarrollo se enmarca en la Ley 13-21, aprobada en 2021, que autoriza usos lícitos del cannabis para fines médicos, farmacéuticos e industriales en Marruecos. Aunque su implementación ha sido desigual y limitada frente al cultivo ilegal, el modelo ha permitido la aparición de cooperativas formales, empresas exportadoras y acceso a nuevas formas de seguridad social para comunidades campesinas.

La llegada de este hachís medicinal sintetiza el pasaje de una sustancia criminalizada a un medicamento y si bien el cambio legal abre nuevas oportunidades industriales y sanitarias, también plantea el desafío de  construir modelos que repartan de manera justa los beneficios del cannabis entre quienes lo cultivan, lo transforman y lo necesitan.

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