El estado de Nueva York inició un camino hacia la legalización gracias a su actual gobernador, Andrew Cuomo. Aunque de momento la cosa va sobre ruedas parece que se vienen curvas: los políticos de los suburbios se oponen.
El Republicano Rob Trotta que se presenta por Suffolk County está haciendo campaña en contra de la legalización. Trotta, un policía retirado, anunció que se presentaba como candidato la semana pasada, va muy a tope en contra de la legalización. No solo dice que no la quiere en el estado de Nueva York sino en todo el país. Afortunadamente para todos, si Trotta ganase no puede hacer nada para llevar su deseos a la realidad. God bless America.
Para suavizar un poco los ánimos dice que con su posición no pretende crear pánico entre la gente, lo que se llama en el mundo del cannabis reefer madness en referencia a una película de los años veinte que tiene este título y en la que los fumetas eran gente violenta y enloquecida capaz de cualquier cosa.
“No podemos tener gente por ahí fumada conduciendo todo el rato”, dice Trotta. “Esto es solo una cosa y por una cosa: dinero”.
La verdad que suena un poco a reefer madness. Sin embargo, algo de verdad hay en que la decisión de Cuomo es más económica que social. De hecho, Cuomo estuvo durante bastante tiempo haciendo campaña en contra del cannabis y soltando lindezas similares a las de Trotta. Cuomo ahora quiere legalizar y clavarle 22% de impuestos a las transacciones de marihuana.
Aunque parece que Cuomo se saldrá con la suya a la larga está claro que no todo iba a ser un camino de rosas. Algunas partes del estado ya han pedido moratorios para consultar a sus poblaciones y otros, directamente, se han negado a legalizar en caso de que suceda. Cuomo confía en que en la mayor parte de los casos las ciudades con más de 100.000 habitantes acaben por votar que se pueda vender cannabis dentro de sus límites municipales.