La Autoridad de Salud de Oregón ha abierto la convocatoria para la que será la última fase de consultas en la elaboración de la futura regulación de acceso acompañado a la psilocibina. Después de que haya concluido el trabajo de la Junta Asesora de Psilocibina, que ya ha emitido sus recomendaciones para el diseño de la regulación, ahora la Autoridad de Salud a abierto el proceso para buscar a las personas interesadas en formar parte de los Comités Asesores de Reglas, que tendrán lugar en septiembre.
Los comités tendrán la labor de revisar y proponer modificaciones sobre las reglas propuestas por la Junta. “Los comités estarán compuestos por personas que tienen experiencia en la materia, experiencia vivida y que probablemente se verán afectados por las reglas propuestas. El proceso está diseñado para incluir una diversidad de opiniones y puntos de vista. Además de brindar recomendaciones, los comités evalúan el impacto fiscal y racial de las reglas propuestas.”, dice la información publicada por la Autoridad de Salud.
Las personas que formen parte de los comités estarán encargadas de discutir las reglas propuestas. Habrá tres comités: uno sobre embalaje, etiquetado y transporte de productos; otro de licencias, instalaciones y operaciones; y un tercero sobre la preparación, administración e integración de las experiencias con psilocibina por parte de un facilitador. Cada uno de los comités se reunirá 2 o 3 veces entre el 12 y el 30 de septiembre de este año.
Hasta ahora, el trabajo realizado por la Junta Asesora de Psilocibina ha recibido varias críticas. En marzo dimitió el presidente de la junta por conflictos de interés, pues mientras participaba en la regulación de la psilocibina, había creado una empresa para capacitar a los futuros facilitadores. La información ya se conocía con anterioridad, pero en febrero generó un debate público que lo llevó a renunciar. Más tarde, las recomendaciones de la junta fueron criticadas por recomendar una regulación que sólo permita el acceso a la psilocibina mediante clínicas especializadas, sin tener en cuenta los métodos rituales de las comunidades indígenas y de otras comunidades que llevan mucho tiempo trabajando con la psilocibina en el estado.