Cultivadores, pacientes, activistas y pequeños productores se reunieron hace unos días en Asunción, la capital de Paraguay, en un encuentro llamado Plaza Abierta para exponer sus productos, intercambiar saberes y exigir al Gobierno que regule la planta del cannabis y sus múltiples usos. Los asistentes pidieron que se legisle para generar un tejido de pequeños productores que cultiven cannabis a través de cooperativas para abastecer a los usuarios con producto local.
Además de celebrar la cultura y los usos de la planta del cannabis, los asistentes tenían una intención política: conseguir que la futura ley del cannabis priorice la producción de pequeños campesinos y no deje la producción en manos de grandes empresas que copen todo el mercado. Además, el evento sirvió para recaudar fondos para instalar un laboratorio de transformación de cannabis que cumpla con los más altos estándares de calidad.
En el evento participaron la Cooperativa Paraguaya de Cannabis, la Cámara Paraguaya de Cannabis, la asociación Granja Madre y varios productores de marihuana de la comunidad de Agüerito, del departamento de San Pedro. Todas ellas mostraron al público sus productos y expusieron el trabajo que realizan desde sus organizaciones para facilitar el acceso a tratamientos medicinales con la planta. Además de los puestos con productos cannábicos de los cultivadores locales, durante la feria se realizaron actuaciones de música en vivo y hubo cocina fusión, exposición de flores y aceites medicinales de cannabis.
“Este es un encuentro cultural entre productores y usuarios de todo uso, en una escena llena de música, bienestar y mucha información sobre todo lo que ya nos han desinformado. Sin intermediarios, ni coimas, ni narcos”, dijo Juan Carlos Cabezudo, impulsor de Granja Madre y dirigente de la Cooperativa Paraguaya de Cannabis, en declaraciones recogidas por ABC.