Aunque históricamente el país maorí no ha sido muy amistoso con el consumo de marihuana, y se sigue rigiendo por una legislación de 1975 que penaliza la posesión de cualquier cantidad de hierba, el ascenso al poder de una coalición gubernamental progresista formada por los Verdes y el Partido Laborista puede suponer un giro radical respecto a las políticas sobre el cannabis.
La nueva coalición gobernante ha prometido avanzar hacia la consolidación de un proyecto de ley para regular el cannabis medicinal este año: el partido de los Verdes incluía en su programa legislativo un Proyecto de Ley de Enmienda al Cannabis Medicinal, que supondría, en la práctica, la regulación. Por el momento, las autoridades han concedido la licencia necesaria al primer centro de cultivo de cannabis medicinal de la isla.
La compañía encargada de gestionar la plantación y la investigación es Hikurangi Cannabis Company, una pequeña empresa con sede en la localidad de Ruatoria, situada al noreste del país. La instalación contará con equipos de cultivo de alta tecnología y laboratorios de pruebas en su área de algo más de 10.000 metros cuadrados. La construcción y la dotación de personal podrían crear hasta 120 empleos.
El presidente ejecutivo de la empresa, Manu Caddy (en la imagen), describió la emoción de trabajar en lo que esencialmente es una industria novedosa en Nueva Zelanda: “Poder cumplir nuestro objetivo comercial y comunitario de construir una industria farmacéutica en Ruatoria es un hito significativo para todos nosotros”, dijo.