El movimiento Akce nespokojených občanů (ANO), liderado por el empresario y ex premier Andrej Babiš, obtuvo el primer lugar en las elecciones legislativas de Chequia y encabeza las conversaciones para formar gobierno. Sin embargo, no cuenta con mayoría propia, por lo que deberá sellar una coalición con otras fuerzas, algunas de ellas con posiciones conservadoras frente al uso de sustancias y en especial el cannabis.
Durante este año, el Parlamento checo aprobó una reforma penal que establece la despenalización del cannabis para uso personal a partir del 1 de enero de 2026. La medida permitirá a las personas adultas cultivar hasta tres plantas, poseer hasta 100 gramos en el hogar y portar hasta 25 gramos en espacios públicos. El texto legal no autoriza la venta comercial ni la creación de clubes sociales en esta etapa inicial y mantiene sanciones para quienes superen los límites o realicen actividades con fines de lucro.
El rol de ANO fue clave para la aprobación de la reforma. Varios votos de su bloque parlamentario resultaron decisivos para que la despenalización avanzara, lo que sugiere que, al menos en el plano legislativo, existe cierto respaldo al cambio. No obstante, el giro conservador que podría implicar una coalición con partidos más duros en materia de drogas podría dificultar la implementación plena de la norma.
La experiencia alemana es el ejemplo de que, incluso con reformas aprobadas, la aplicación efectiva puede verse obstaculizada por criterios restrictivos desde la administración o el poder judicial. En Chequia, diversos colectivos cannábicos temen que fiscalías o autoridades locales opten por lecturas conservadoras de la ley, retrasando la posibilidad de abrir clubes o limitar el acceso a la planta.
Por otro lado, el segmento del cannabis medicinal podría recibir un impulso. Babiš ha manifestado receptividad hacia su uso terapéutico y su base electoral simpatiza con tratamientos para el dolor crónico u otras patologías. Esto podría traducirse en una mejora de los estándares regulatorios, la cobertura sanitaria o el impulso a la investigación aplicada, en línea con una estrategia de continuidad moderada incluso en un contexto de mayor control sobre el uso adulto.