El Ayuntamiento de Santa Cruz, la segunda ciudad de California en aprobar una medida de despenalización del uso de sustancias psicodélicas de origen natural, ha aprobado una modificación para que el peyote y otros cactus psicoactivos vuelvan a estar penalizados como antes. La decisión responde a las críticas realizadas por comunidades de indios nativos, para los que el cactus del peyote es un sacramento de uso religioso, cuya sostenibilidad se ha visto gravemente afectada por la recolección por parte de turistas y personas ajenas a la comunidad.
El pasado mayo el Comité Indígena para la Conservación del Peyote envió una carta a la comunidad de activistas por la despenalización afirmando que incluir la despenalización del peyote sería “muy perjudicial” para los esfuerzos de conservación que los nativos americanos ya están realizando. Los indígenas temen que las medidas de despenalización de psicodélicos aprobadas en varias ciudades y estados del país envíen un mensaje equivocado sobre el uso del cactus y pongan más en peligro la sostenibilidad ecológica de la especie, cuyos ejemplares tardan más de una década en madurar.
El grupo que impulsó la medida, Decriminalize Santa Cruz, emitió un comunicado en el que se disculpó “por nuestra falta de sensibilidad cultural en torno al cactus Peyote (Lophophora williamsii) y por no haber incluido a la comunidad indígena como consultores en el proceso de despenalización de plantas y hongos enteogénicos”. El grupo dijo no haber considerado “el daño que podríamos causar a las comunidades indígenas que han estado usando esta planta sagrada durante milenios”, según recoge Marijuana Moment.