A principios del 2018 contábamos cómo el paradisíaco país del sur de Asia estaba planteándose la regulación de la marihuana, en lo que a su espectro terapéutico se refiere. Tailandia, como la mayoría de los países de la zona, tiene una historia de fuerte restricción y violenta guerra contra las drogas, así que estas noticias siempre saben aún mejor cuando llegan de aquellas latitudes.
A principios de junio el gabinete interino tailandés aprobó un proyecto de ley que podría reescribir la estricta normativa antidrogas para permitir el uso de cannabis con receta médica. También estaría permitido el uso industrial y científico de la planta; además de su experimentación médica en humanos. Sin embargo, antes de que sea ley, debe ser aprobada por la asamblea provisional del país. Esta maniobra, además de en la simple justicia social, también se puede encuadrar dentro de la búsqueda de ventajas competitivas en la zona. Jim Plamondon, vicepresidente de Thai Cannabis Corp, la primera compañía en obtener permiso para cultivar cannabis –siempre con menos de 1% de THC– y procesarlo en aceites, extractos, etc., declaró: “Cualquier compañía en el mundo que esté participando en el sector del cannabis debería considerar ser de las primeras en establecer una plataforma de negocios aquí”. Plamondon estimó un negocio de unos 4.000 millones de dólares durante la primera década, solo para la medicinal. No queremos imaginarnos una regulación integral, y la posibilidad de visitar Tailandia fumándote legalmente un porro en sus playas.