En Argentina, la ketamina está disponible para tratar la depresión hace unos cuatro años. Pero este tratamiento con la sustancia mencionada solo se puede acceder en clínicas privadas. Ahora, por primera vez en el país, una institución pública ofrece este servicio de forma gratuita. Se trata del Hospital General Juan A. Fernández, ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esto no solo podría ser una alternativa para cientos de personas que han intentado recuperarse de este trastorno de la salud mental en pleno crecimiento en todo el mundo y que no tuvieron éxito. Además, podría contribuir a reducir costos económicos asociados a las internaciones, cuidados prolongados y complejidades que requerirían cuidados intensivos.
Las personas que pueden acceder al tratamiento con ketamina para superar la depresión es limitado. “Tienen que ser pacientes de entre 18 y 65 años, que no tengan ninguna discapacidad intelectual de moderada a grave. No tiene que tener antecedentes o actual diagnóstico de trastornos psicóticos, como por ejemplo esquizofrenia, tampoco diagnóstico principal de trastorno bipolar y/o trastorno de la personalidad, trastorno de estrés postraumático, deterioro cognitivo severo o estar atravesando un período de embarazo o lactancia”, explica la doctora Micaela Dines, coordinadora del dispositivo del Hospital Fernández, en diálogo con la Revista Mate. Además, “no puede tener hipertensión arterial no controlada, porque la ketamina te aumenta la presión arterial. No tiene que haber tenido un infarto o un ACV reciente y no tienen que tener consumo problemático dentro del último año, porque la ketamina tiene un potencial adictivo”.
Dines dice que la ketamina tiene un efecto antidepresivo veloz “vinculado a su habilidad de generar un burst glutamatérgico a nivel de las neuronas piramidales de la corteza prefrontal”. “Además de este mecanismo, la ketamina posee un efecto acumulativo que va restituyendo el funcionamiento cerebral. Trabaja mucho a nivel de la neuroplasticidad. Lo novedoso es que tiene un mecanismo de acción diferente o nuevo a los antidepresivos que se vienen usando. El efecto más rápido es en general el que baja la ideación suicida. Por eso podría ser algo interesante para usar en la guardia y así evitar internaciones”, sostiene Dines.