A principios de agosto, un nuevo estado de EEUU inauguró la venta legal de marihuana para uso recreativo. Se trata de Ohio, en donde 98 dispensarios recibieron las licencias para tiendas minoristas y que superaron los diez millones de dólares (8.9 millones de euros) de facturación en las primeras dos semanas de funcionamiento, según los datos obtenidos por la División de Control del Cannabis del Departamento de Comercio. Hasta este momento, los cultivadores, procesadores y laboratorios eran los únicos que tenían permisos productivos.
A fines del año pasado, Ohio legalizó el cannabis tanto para el uso medicinal, como recreativo. Si bien se permite el autocultivo, con un límite de doce plantas, y la tenencia de hasta unos 70 gramos para consumo personal, hasta el momento no había ningún lugar dónde adquirir los productos de cannabis de forma legal. Pero semanas atrás, el ente regulador estatal de la marihuana informó a casi 100 tiendas que ya estaban habilitadas para el comercio minorista de flores y extractos.
"Es increíblemente emocionante poder lanzar un programa que está adelantado en el cronograma, que estará cuidadosamente regulado y garantizará que los consumidores de cannabis de Ohio ya no tengan que conducir hasta Michigan o recurrir al mercado no regulado", dijo el portavoz de la Coalición de Cannabis de Ohio, Tom Haren. Según la regulación estatal, las compras legales de los productos de cannabis están sujetas a un impuesto del 10%. Luego, los ingresos se dividen entre los costos administrativos, el tratamiento de la adicción, los municipios con dispensarios y el pago de programas de equidad social y empleo que apoyan a la propia industria de la planta.