Pocos días después de que Canadá legalizara el cannabis para uso recreacional el abastecimiento comienza a quedarse vacío.
Sucedió en Nevada cuando se legalizó el cannabis, así como en California, Uruguay y mucho antes en Colorado. Siempre que el cannabis acaba por ser legal las previsiones de venta y las existencias de mota se quedan cortas para abastecer la demanda.
Es normal que el abastecimiento se quede corto cuando solo en Quebec hubo unas 12.000 transacciones en tiendas y unos 30.000 pedidos online. Se sabía que la expectación era alta pero incluso con esto en mente es difícil tener suministro para tanta gente en tan poco tiempo. Sucede hasta con las grandes empresas de tecnología cuando el stock queda desbordado por la realidad. Siempre pasa.
Como es de suponer, algunas compañías ya están preparando planes de emergencia para aumentar la producción aunque siempre con cierto cuidado: el efecto de novedad suele ser poderoso y no tiene comparación con el resto del año. Lo habitual es que pasados unos meses del boom estas se moderen hasta una cantidad suficiente para que las compañías puedan saber cuánto (más o menos) deben producir.
Bill Blair, un legislador canadiense que ha sido uno de los promotores de la legalización, comentó que pese a la cantidad de demanda y que es de esperar que algunas variedades queden sin existencias por una temporada, las infraestructuras del país son sólidas y, en este sentido, “se siente confiado de que las cosas funcionen”.
Conocidas las experiencias en otros países, las cosas acaban por funcionar. De hecho, que se agote el cannabis en los primeros días es un signo más o menos correcto de que las cosas ya están funcionando.