El gigante farmacéutico Johnson & Johnson enfrenta un juicio por su presunta implicación en lo que se conoce como “crisis de los opiáceos” en los EE.UU.
El juicio comenzó este pasado martes en Oklahoma y a la multinacional se le acusa, junto a Purdue Pharma (que manufactura el conocido Oxycotin) y Teva Pharmaceutical de utilizar tácticas de marketing engañoso para vender analgésicos que crean una potente adicción.
Según el fiscal general Mike Hunter, “(Johnson & Johnson) es el hampón detrás esta emergencia de salud pública” que ha llevado a la muerte a cientos de habitantes de Oklahoma. “Creemos que las evidencias que tenemos son convincentes en relación a las responsabilidades legales que esta empresa tiene en las muertes de miles personas y en los cientos de miles de adictos del estado”.
Gracias a un millonario acuerdo entre las partes con Purdue y Teva (que pagaron 270 y 85 millones de dólares respectivamente) Johnson & Johnson enfrente el juicio solos.
En el discurso de apertura, Hunter recordó que entre 2007 y 2017 han muerto 4.653 personas en el estado de Oklahoma por culpa sobredosis no intencionadas de los opiáceos legales. “Por decirlo de manera tosca: esta crisis está devastando Oklahoma”, comentó Hunter. Según Brian Beckworth, abogado que trabaja para el estado de Oklahoma, la inundación de opiáceos del mercado por culpa de estas multinacionales es tal que si los repartieran entre la población a cada habitante del condado de Cleveland le corresponden 135 píldoras de opiáceos.
“Johnson & Johnson ayudó a crear este fastidio público en Oklahoma, y esto es lo que hizo señoría”, comenta Michael Burrage, otro de los abogados del estado. “Usando tácticas de falsedad y engaño… promovió el uso de opiáceos para el tratamiento de dolor crónico”.
Johnson & Johnson ha declinado cualquier acusación alegando, entre otras cosas, que no se les puede responsabilizar a ellos de que el mercado esté saturado de opiáceos pues también la tienen los doctores que recetan las píldoras (que se sabe que muchos de ellos fueron comprados por multinacionales), los pacientes que las compran (pero solo las compran después de que se les haya prescrito por un médico que está comprado) y las tiendas que las venden (bueno, es que viven de vender medicinas, ¿qué podrían hacer si no?).
Esta es la primera acción judicial que se da contra un fabricante de medicamentos de las 2.000 que hay actualmente en proceso. Dado que las sentencias en EE.UU crean ley, los casos restantes miran con atención lo que pueda resolverse durante este juicio.