Con la regulación del cannabis medicinal puesta en marcha, en Tailandia han aparecido voces críticas contra el control que las farmacéuticas puedan ejercer sobre los medicamentos derivados de la marihuana.
Aunque la noticia pertenece al sector del sudeste asiático, el trasfondo es global. La asociación tailandesa de control, destacada por su apoyo al uso terapéutico, Thai Drug Watch, dijo que el Departamento de Propiedad Intelectual del país asiático está poniendo en peligro el acceso público a los medicamentos cannabinoides al limitar su enfoque a los beneficios económicos para las grandes empresas. Esto daría el control total de la cadena de producción de cannabis medicinal a las compañías farmacéuticas multinacionales, agregó. Somchai Ratanachueskul, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Dhurakij Pundit, en Bangkok, afirmó que el concepto de protección intelectual a menudo sirve para hacer efectivos monopolios, y no debería aplicarse a cosas importantes en la vida de las personas, como los medicamentos.
Por otra parte, Withoon Lienchamroon, de la Fundación BioThai, dedicada al cultivo sostenible, ha demostrado que GW Pharmaceuticals, farmacéutica británica conocida por la patente del primer medicamento con base cannábica contra la esclerosis múltiple, que ha solicitado seis patentes de medicamentos de cannabis en Tailandia, está aliada con la firma holandesa HortaPharm, como proveedor de cannabis para medicamentos. Esto supondría la cesión de patentes a las transnacionales. “Si Tailandia ratifica el CPTPP (acuerdo de libre comercio), esto llevará a un control total sobre toda la cadena de productos de medicamentos de cannabis por parte de grandes compañías farmacéuticas”, advirtió Lienchamroon.