El pasado domingo un piloto estadounidense que no estaba de servicio pero viajaba en la cabina de un vuelo entre Seattle y San Francisco intentó apagar los motores del avión en pleno vuelo. El hombre fue reducido rápidamente por los pilotos al mando, quienes lograron que los motores no llegaran a perder potencia y pidieron permiso para realizar un aterrizaje de emergencia en Denver, Oregón. El piloto que intentó apagar los motores fue sacado de la cabina y maniatado en los últimos asientos del avión, y cuando llegó a tierra fue arrestado y acusado de 83 cargos por intento de homicidio, uno por cada tripulante del avión.
Hace dos días el piloto compareció ante un juez y declaró que 48 horas antes del vuelo había consumido hongos alucinógenos por primera vez en su vida, y que desde entonces no había podido dormir. En ese estado fue en el que se subió en el avión, al que pidió acceder usando su condición de piloto profesional. El hombre le dijo al juez que en la cabina sufrió un ataque de nervios e intentó apagar los motores porque pensaba que estaba en un sueño y que lo hizo para despertarse.
El acusado explicó ante el juez que había sufrido una depresión por la muerte de un amigo y se declaró no culpable de los cargos. Tanto el personal del avión como los pilotos y los agentes de la policía que lo arrestaron dijeron que el hombre no presentaba síntomas de estar intoxicado. “En ningún momento, durante el check in o el proceso de embarque, nuestro personal observó algún signo de deterioro que hubiese impedido que Emerson volara”, ha dicho la compañía responsable del vuelo, Alaska Airlines, en un comunicado.