Las catinonas, una familia de sustancias psicoactivas derivadas de la planta del khat, fueron la segunda categoría más importante entre las nuevas sustancias supervisadas por el Sistema de Alerta Temprana de la UE durante el 2021. Así lo afirma el Informe Europeo sobre Drogas 2022 que acaba de ser publicado por el Observatorio Europeo de la Drogas (EMCDDA por sus siglas en inglés). Según el informe, el tráfico de las sustancias de la familia de las catinonas, que incluye sustancias legales e ilegales como la NEH, 3-MMC o la 3-CMC, ha aumentado notablemente respecto a años anteriores.
Las incautaciones de catinonas en 2019 fueron de 0,75 toneladas, una cantidad que aumentó hasta las 3,3 toneladas en 2020 (último año con cifras completas). Desde entonces se han seguido produciendo importantes incautaciones. Sin ir más lejos, hace unas pocas semanas, la Guardia Civil incautó 3,2 toneladas de catinonas en el puerto de Barcelona, la que se cree que es la mayor incautación europea hasta la fecha.
La aparición de estas nuevas sustancias tiene que ver con las sucesivas prohibiciones de otras drogas que aparecieron antes en el mercado. Con la prohibición de la MDMA se popularizó la 4-MMC (conocida popularmete como mefedrona), luego esta se prohibió y surgió la 4-CMC, y con su fiscalización emergieron las 3-MMC, 2-MMC, 3-CMC y 2-CMC. El problema de esta dinámica es que de las nuevas sustancias se tiene un menor conocimiento sobre sus riesgos y los usuarios se exponen a sus efectos sin apenas información disponible.
Según el informe, en 2020 el 65 % de las incautaciones de drogas clasificadas como Nuevas Drogas Psicoativas fueron catinonas. De estas la NEH respresentó un tercio del total, mientras que la 3-MMC y la 3-CMC representaban cada una una cuarta parte. La mayor parte de las cantidades a granel de catinonas sintéticas incautadas en 2020 procedían de la India, lo que representa un cambio respecto a años anteriores, en los que la mayoría se producían en China. En parte el cambio se debe a que China introdujo mayores controles para reducir la producción de estas sustancias.
En Europa también se han hallado laboratorios que la producen, pero a una escala mucho menor que en otras geografías. En 2019 se desmantelaron cinco laboratorios de producción de catinonas en Europa, mientras que en 2020 fueron 15 los centros de producción intervenidos: dos en los Países Bajos y 13 en Polonia.