Ryan Wedding, quien participó en los Juegos Olímpicos de invierno en Salt Lake City (2002), ha pasado de ser una promesa deportiva a un fugitivo internacional. Según informó The Guardian, Wedding está acusado de liderar una compleja operación de tráfico transfronterizo de drogas, principalmente metanfetaminas y cocaína, que habría movido millones de dólares entre Canadá, Estados Unidos y México.
La Policía Montada de Canadá, en colaboración con agencias internacionales, indicó que Wedding también enfrenta cargos por su presunta implicación en varios homicidios relacionados con el control de rutas de distribución de drogas y el FBI lo tiene en su lista de los fugitivos más buscados en la actualidad.
Incluso, desde el FBI, se ha ofrecido una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca al arresto del ex atleta, mientras que el subdirector del Departamento de Policía de Los Ángeles, Alan Hamilton, aclaró que “el aumento de la recompensa debería dejarlo claro: no hay ningún lugar seguro donde Wedding pueda esconderse”.
Las investigaciones apuntan a que el exdeportista aprovechó su red de contactos internacionales, establecida durante su época como atleta, para facilitar los movimientos de sustancias ilegales a través de diversas fronteras.
El caso ha generado gran conmoción en Canadá y en el ámbito deportivo, donde Wedding había sido considerado un ejemplo de superación. Sin embargo, tras su retiro del deporte profesional, se vio involucrado en actividades criminales que escalaron hasta formar parte de una red delictiva de alto nivel.
Actualmente, se ha emitido una orden de captura internacional y se presume que Wedding podría estar ocultándose en Asia o América Central. Las autoridades canadienses han solicitado la colaboración de Interpol para su localización y extradición.
El caso de Ryan Wedding recuerda otros episodios en los que figuras del deporte, tras abandonar su carrera competitiva, se ven atrapadas en actividades ilícitas. Expertos señalan que la falta de apoyo psicológico y de reinserción laboral para atletas retirados puede derivar en situaciones de vulnerabilidad y riesgos de captación por redes delictivas.
