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Extractos de cáñamo inhiben virus transmitido por mosquitos en Asia

Investigadores surcoreanos descubrieron que extractos de tallos y raíces de cáñamo suprimen en laboratorio la replicación del virus de la encefalitis japonesa, una infección endémica del Asia-Pacífico que carece de tratamiento antiviral.

El estudio fue realizado por un equipo de universidades de Corea del Sur y publicado en la revista Archives of Virology. Según sus autores, ciertas fracciones obtenidas de tallos y raíces de cáñamo demostraron capacidad para inhibir la replicación del virus de la encefalitis japonesa (JEV) en cultivos celulares. El compuesto estigmasterol, un fitoesterol presente en múltiples especies vegetales, se perfiló como uno de los principios activos más prometedores.

Para el estudio se utilizaron extractos etanólicos y fracciones orgánicas derivadas de partes no psicoactivas del cáñamo. Las pruebas in vitro mostraron que ciertas fracciones, especialmente las obtenidas con hexano y cloroformo, reducían significativamente los niveles de ARN viral y de la proteína estructural E, dos marcadores clave de la replicación viral. Este efecto se registró cuando las células ya estaban infectadas, lo que sugiere que el mecanismo de acción interfiere en etapas posteriores del ciclo viral.

El estigmasterol, aislado de las fracciones activas, también demostró efectos antivirales por sí solo. Aplicado durante o después de la infección, logró reducir la presencia del virus en las células tratadas. Sin embargo, el estudio no incluye datos sobre eficacia en animales ni humanos, ni sobre toxicidad, metabolismo o biodisponibilidad, por lo que sus conclusiones son preliminares.

El hallazgo adquiere relevancia considerando que el JEV es una infección viral transmitida por mosquitos, prevalente en Asia y sin antivirales aprobados. Aunque existen vacunas preventivas, el tratamiento de casos activos sigue siendo meramente sintomático. En ese contexto, la identificación de nuevas moléculas bioactivas provenientes de subproductos agrícolas como tallos y raíces de cáñamo representa una vía prometedora.

Las y los investigadores advierten que, antes de cualquier aplicación terapéutica, será necesario avanzar con estudios en modelos animales, determinar dosis seguras y establecer estándares de producción reproducibles. La complejidad química de los extractos vegetales, sumada a la variabilidad de la materia prima, plantea desafíos adicionales para el desarrollo de un medicamento basado en estos hallazgos.

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