Un estudio asegura que el hongo Massospora, que suele vivir solo en las cigarras, las convierte en animales sedientas de sexo.
En serio, no pretendemos hacer clickbait mucho más que los medios que recogen esta información. Sabemos que el titular tiene de todo: animales perdiendo el control, hongos alucinógenos y mucho sexo. ¿Qué más se puede pedir? Ah, claro: zombis. Una vez que el hongo se hace con el control de las cigarras estas se convierten en zombis sexualmente desatadas que se aparean con cualquier cosa que ven.
Esta historia, que recuerda a los hongos de The Last of Us, comienza cuando las cigarras aún están bajo tierra. Como sabéis, el ciclo vital de estos animales hace que pasen debajo de la tierra sus primeros diecisiete años de vida. Ahí es donde pillan el hongo, justo antes de que llegue el Spring Break (esto último nos lo acabamos de inventar porque, bueno, tiene gracia). Cuando emergen el estómago está lleno de este hongo, que, parece ser, solo arraiga bien entre estos animales.
El estudio, que se publicó en Fungal Ecology, asegura que el hongo infecta a las cigarras macho. Estos, una vez “poseídos” por el hongo, tratan de aparearse con cualquier cosa que ven. De hecho, mueven las alas como lo hacen las hembras en los rituales de apareamiento. La parte más tétrica de esto viene ahora: en realidad esto no les sirve de mucho porque las cigarras han perdido su aparato reproductor y parte del abdomen por culpa del hongo. Esto solo sirve para que el hongo se expanda y contagie a otras cigarras. La naturaleza es bastante oscura en ocasiones.
“El hongo se trasmite entre macho y hembra o macho y macho como si fuese una enfermedad de transmisión sexual”, asegura el informe. Se cree que la “posesión” de la cigarra por parte del hongo se produce por la interacción química de dos componentes: la catinona, una especie de anfetamina que se encuentra en las plantas, y la conocida psilocibina, el componente psicoactivo de los hongos alucinógenos.
Los científicos tras este descubrimiento aseguran que estos dos componentes son solo algunos de los responsables de que el hongo vuelva tarumba a las cigarras. Es decir, para los ofendidos: no hay una conexión directa entre la psilocibina y la psicosis sexual zombificada, ¿ok?
Como este tipo de hongos no se puede reproducir en un laboratorio las investigaciones dependen de encontrar cigarras que hayan sido infectadas. Este hongo, como hemos sugerido con la referencia al videojuego The Last of Us, no es el único que es capaz de “tomar el control” de algunos animales. Algunos hongos producen anfetaminas que convierten a su presa en mucho más agresiva.