Siguiendo al cannabis, el movimiento por la despenalización y regulación del uso de psicodélicos está avanzando por Estados Unidos desde que en 2019 Denver se convirtió en la primera ciudad de EE UU en despenalizar el uso de psilocibina a través de una medida que obligaba a la policía a convertir en su última prioridad la persecución del uso y posesión de las setas. En el último año, además de las medidas aprobada durante las elecciones en Washington (para despenalizar los psicodélicos naturales) y en Oregón (para regular las terapias con psilocibina), este año se han aprobado a nivel local medidas de despenalización en Ann Arbor (Michigan) y en tres ciudades del estado de Massachusetts: Northampton, Somerville y Cambridge.
También en Texas se ha aprobado una ley para impulsar la investigación con sustancias psicodélicas para los veteranos de guerra del estado. La ley incluye la realización de varios estudios científicos destinados a evaluar los riesgos y los beneficios del uso de la psilocibina, la MDMA y la ketamina, así como su aplicación en terapias que sirvan de tratamiento contra las enfermedades de la salud mental que sufren los veteranos de guerra, como el Trastorno de Estrés Postraumático o la depresión.
Además, legisladores y activistas de varios estados como Connecticut, Florida o California han introducido proyectos de regulación que están siendo tramitados y podrían aprobarse en los próximos meses. Por último, este año fue fundado un nuevo grupo en defensa de la despenalización por el impulsor de la campaña para Washington DC, Plant Medicine Coalition, que quiere dar el paso y llevar una medida similar de despenalización de los psicodélicos naturales al Congreso de EE UU.