Aunque la psilocibina está prohibida en la ley federal canadiense, la ciudad de Vancouver ya tiene al menos cuatro tiendas que venden setas alucinógenas sin esconderse. Se trata de dispensarios de hongos psilocibios que operan en los márgenes de la ley, de forma similar a como surgieron los primeros coffeeshops de cannabis en el país. La policía es consciente de que los dispensarios realizan una actividad de dudosa legalidad, pero dicen estar más ocupados con la persecución de grandes traficantes de drogas que causan numerosas muertes, como el fentanilo.
Según la información publicada por CBA, en los dispensarios se puede comprar una amplia variedad de setas del género psilocybe, que son las que contienen el componente alucinógeno (la psilocibina). La oferta va desde las preparaciones en microdosis hasta las dosis grandes por gramos o las preparaciones en bombones de chocolate. También hay otros productos relacionados a la venta, principalmente plantas medicinales o psicoactivas como las hojas de coca o el kratom. En los carteles del dispensario se puede leer “Menores no”.
“Estuve fuertemente envuelta en el movimiento del cannabis en Vancouver y toda Canadá, y veo a los psicodélicos en general y las setas en particular como el próximo paso en ese proceso”, dijo a CBA Dana Larsen, una activista volcada en las políticas de drogas que gestiona una de la cuatro tiendas de la ciudad. “Operamos en esta especie de área gris, y espero que podamos cambiar este área gris por otras áreas de un gris más claro, y ojalá en los próximos años podamos ver cambios en las leyes sobre los hongos psilocibios”.