Según algunos estudios que se han realizado con especímenes de roedores hembra en laboratorio, los estrógenos aumentan la sensibilidad al cannabis.
Pese a que las diferencias entre la composición química y fisiológica de los cerebros es bastante similar entre varones y hembras dentro de la misma especie (entre mamíferos las diferencias son aún menores, casi nulas) algunos estudios apuntan a que los efectos del THC suelen ser mayores entre las hembras que entre los varones.
En este sentido podría decirse que las hembras tienen ventaja si desean utilizar el cannabis como alivio contra el dolor pues son algo más sensibles a sus efectos. También se ha podido apreciar que en ratas de laboratorio los cannabinoides aumentan el deseo sexual entre las hembras. Pero cuidado, existe la contrapartida de que el exceso lleva a comportamiento similares a la ansiedad o la depresión.
La explicación sobre por qué sucede esto está lejos de ser clara. Parece ser que la interacción entre el cannabis y los receptores CB1 son ligeramente distinta entre los miembros de una especie debido a cómo las hormonas actúan los receptores. Los estrógenos, las hormonas sexuales de las hembras, interactúan aumentando los efectos (o la sensibilidad) del efecto del THC. Esto comienza a ser así cuando durante la adolescencia estas hormonas (la testosterona en el caso de los machos) reajustan las conexiones neuronales.