Un nuevo informe confirma la tendencia que estudios previos habían señalado: en los estados donde el cannabis medicinal es legal los menores consumen menos marihuana.
Aunque la marihuana legal, para ocio o medicinal, no se pueda vender a los menores, el estudio considera que es la influencia de los adultos, que localizan los puntos de venta ilegal, la que se pierde al legalizar. En otras palabras: cuando los adultos van a la tienda a comprar los menores pierden el punto de referencia de “¿dónde está el dealer?”.
El estudio se publicó en American Journal of Drug and Alcohol Abuse y compara cuántos menores consumen en estados legales y aquellos donde el cannabis aún es ilegal. Los datos corresponden a 861.082 menores de edades entre los 11 y los 18 años de 45 estados diferentes. De estos estados 11 legalizaron la marihuana para uso recreativo mientras que 18 legalizaron la medicinal en abril de 2015.
“Las leyes de marihuana medicinal están asociadas con pequeños descensos del uso de marihuana entre adolescentes y con grandes descensos en algunos subgrupos como el de los varones afroamericanos y los adolescentes hispanos”, comenta Rebekah Levine Coley una de las autoras del estudio a Reuters.
El uso de marihuana por adolescente varía considerablemente por estado. Por ejemplo en Utah consumen un 8.6% mientras que en Vermont se llega hasta el 28%.
Según el estudio el descenso aumenta cada año y en los grupos sociales. De nuevo, los afroamericanos consumen cada vez menos al igual que los hispanos. Curiosamente, la legalización de la marihuana para uso lúdico no parece tener impacto en los jóvenes, excepto un leve descenso entre los jóvenes hispanos de 14 años. Las leyes tampoco parece que afecten a los denominados “grandes consumidores de cannabis”.
El estudio tiene varios problemas. Uno de ellos es que los datos se recopilaron en institutos y no tienen en cuenta a las personas que los abandonaron antes de terminar los estudios. Al menos, sigue apoyando la idea de que legalizar no crea un estado de “barra libre” de consumo. Más bien al contrario, los jóvenes consumen en menor medida.