Pueden resultar prácticos, pero por ahora son bastante voluminosos y un poco caros.

Todo consumidor de cannabis habitual tiene en su poder un grinder personal. Los grinders son una pieza terriblemente útil -aunque no indispensable- para desmenuzar los cogollos y convertirlos en material fumable o vaporizable. Aunque sea una herramienta sencilla la industria está desarrollando nuevas mejoras: llegan los grinders eléctricos.

Varias empresas han empezado a comercializar modelos de grinders portátiles que funcionan con una batería. Los productos aún están un poco verdes, pero ya hay algunos que llaman la atención. Es el caso del PenSimple, un triturador de hierba con forma de rotulador en el que se introducen los cogollos por detrás y los escupe por la punta.

Otro modelo de grinder eléctrico es el Chewy Grinder, un producto similar al anterior que fue financiado por una campaña de Indiegogo. Se trata de aparatos que pueden llegar a resultar prácticos, pero que por ahora resultan bastante voluminosos y un poco caros: el PenSimple se vende por unos 75€ y el Chewy cuesta entre 55 y 90€.