Días atrás, Pakistán se convirtió en el segundo país de Asia regular el cannabis. Pero a diferencia del pionero del continente, Tailandia, este país avanzó solamente en permitir los usos medicinales tras promulgar una ley que permitirá el uso terapéutico de la planta y creará el marco regulatorio para fundar una industria para elaborar productos farmacéuticos con un porcentaje de THC inferior al 0,3%.
La flamante ley pakistaní establece también la creación de la Autoridad Reguladora y de Control del Cannabis (CCRA), quien será el ente encargado dependiente del Ejecutivo para otorgar las licencias productivas. Además, en los próximos meses tendrá la tarea de redactar la reglamentación de la nueva normativa para establecer las reglas sobre los límites y alcances de los cultivos, el procesamiento, fabricación y venta de productos derivados de la planta con fines médicos o industriales. En cualquiera sea de los casos, jamás se podrá superar el 0,3% de THC.
La regulación pakistaní se centrará en la elaboración de productos del cáñamo, a partir del aprovechamiento de sus fibras, y del cannabis con fines medicinales. Sin embargo, la normativa limita el porcentaje de THC y se desconocen algunos puntos importantes sobre el potencial que tiene no solo este cannabinoide específico para ciertas enfermedades, sino también los mayores resultados que se obtienen al combinarse con otros compuestos de la planta. De todos modos, esta legalización es un avance si se tiene en cuenta que Asia es el continente más restrictivo del mundo para los usuarios del cannabis.
Esta normativa tuvo que esperar algunos años para empezar su funcionamiento, tras su aprobación en 2020. Sucedió que esta era una iniciativa del anterior Primer Ministro, Imran Khan, quien fue destituido por el Parlamento, y su implementación se vio demorada por la crisis política del país.